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jueves, 19 de septiembre de 2019

La negativa presencia de la CUP contra la ley Aragonès



Estos días se ha presentado la plataforma Aturem la llei Aragonès, con la desagradable sorpresa de la presencia de partidos políticos y sindicatos amarillos correa de transmisión del gobierno y de las fuerzas represoras. Especialmente sangrante es la presencia de la CUP, partido político que ha propiciado un gobierno de la derecha reaccionaria y también del consejero que promueve la ley que no tiene nada que envidiarles en el terreno socioeconómico. Esta situación resulta negativa y perjudica la lucha por parte de las trabajadoras para tumbar la ley.

Hagamos un repaso de algunos de la gran variedad de motivos:

Dar participación a una organización cómplice de la situación actual y que es parte de la misma estructura que nos ha puesto en la picota que siempre deriva en nuestro perjuicio, se contribuye a blanquearla y a usar a las trabajadoras para recuperar el crédito perdido para perpetuar su engaño en el futuro.

Un partido político que tiene acuerdos de gobierno con ERC es parte interesada y no independiente.

Se legitima la intervención de partidos en los asuntos sociales desplazando a los verdaderos agentes de transformación social. Boicotea la deseducación en la cultura de partido que se trata de llevar a cabo desde hace muchos años para tener una población responsabilizada.

Partidos como la CUP producen rechazo y desconfianza entre amplios sectores de la población en una situación política tan polarizada de la actualidad, los derechos de los trabajadores si son de consenso, por tanto perjudica claramente a los intereses organizativos de la lucha de cara a sumar a las trabajadoras.

Los trabajadores cada vez hablan menos, y lo hacen burócratas profesionales del activismo con intereses particulares de partido, de sillones o incluso económicos. Los medios de comunicación tenderán a captar voces ajenas a las trabajadoras, infantilizándolas al transmitir al resto de la sociedad la impresión de que son los partidos, los políticos, quienes tienen que dar una solución y no ellos mismos.

Entran en juego todas las circunstancias políticas relativas a esos partidos y sus disputas y juegos de poder que solo sirven de interferencias tóxicas.

Supone un estorbo en la lucha ya que introducen en la estrategia conjunta sus gestiones de despacho y pasilleos, canalizando la acción y sustrayéndola a los trabajadores, todo esto obstaculiza la suficiencia de las trabajadoras como contrapoder del gobierno, con su acción directa y apoyo mutuo.

Introduce dinámicas desmovilizadoras de la iniciativa de las trabajadoras y herramientas políticas ineficaces conduciendo y malgastando el tiempo y esfuerzos por caminos baldíos. Crea la ilusión de que hay más fuerzas, que en realidad son estériles y contraproducentes, y perjudica por tanto el esfuerzo del trabajo organizativo que da la fuerza real.

Al participar en la movilización, los líderes políticos mediáticos atenúan el carácter social que percibe el resto de trabajadoras para crear un movimiento expansivo. Supone ignorar lo aprendido durante decenios por las trabajadoras y ayuda a frenar la eclosión de la acción trabajadora desaprovechando una importante oportunidad para dar conciencia y politizar.

Se les dice que la politización pertenece a los partidos y no a ellos. Nuestro objetivo es organizar a las trabajadoras, no los partidos, no hay que malgastar esfuerzos en colaborar con ellos.

El partido político es una forma de dominación que nos ha llevado hasta aquí, se les da un espacio de decisión que no les corresponde. Por ese mecanismo estamos en esta situación. Queremos demostrar el poder del pueblo al margen de los partidos para vivir en una sociedad donde se produzcan menos injusticias al ser nosotros los dirigentes de nuestras vidas.

Los partidos instrumentalizan las causas y usan a las trabajadoras para hacer su propaganda jugando en contra nuestra en el global del conflicto de la clase trabajadora contra el poder. Pone en cuestión la independencia de las trabajadoras, por ello deberíamos tomar nota del ejemplo de la posición de la CNT hasta el momento.

Esta aceptación de partidos y sindicatos amarillos también se produce por parte de militantes que desde dentro de organizaciones trabajadoras tratan de favorecerlas y que en su vida política llevan a cabo un doble juego contradictorio, participan del sistema de partidos que nos roba derechos desbaratando los esfuerzos de las trabajadoras que se encargan de combatirlos desde los sindicatos.

Por todo ello las organizaciones sociales no deben ceder a la participación de partidos ni convertirnos en sus instrumentos, ni dejarles que hagan la campaña política a costa de las trabajadoras. Ya que perjudican la creación de una verdadera organización.


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